Los primeros registros de prácticas dentales datan de hace miles de años, con evidencia de rudimentarios procedimientos de extracción y tratamiento de caries. Con el tiempo, civilizaciones como la griega y la romana comenzaron a explorar métodos más avanzados, incluida la creación de prótesis dentales hechas de marfil y hueso.

Sin embargo, fue en el siglo XIX cuando la odontología comenzó a tomar forma como una profesión formal. El establecimiento de escuelas de odontología y la introducción de anestesia y técnicas de restauración revolucionaron el campo, llevando a un mayor enfoque en la prevención y el tratamiento de enfermedades dentales.